Cómo funcionan los espejos retrovisores

Seguro que en alguna ocasión vuestra mente inquieta os ha hecho plantearos cómo funcionan los espejos retrovisores que podemos encontrar en el interior de los coches. Durante el día funcionan como un espejo corriente, pero por la noche, cuando nos deslumbran los faros de otro vehículo, le das a una palanquita y se soluciona; sigues viendo el reflejo, pero todo está más oscuro. ¿Cómo sucede esto?

Sigue leyendo y lo descubrirás.

En general, en cualquier espejo corriente (podéis comprobarlo en el del baño) se producen dos reflejos. El primero, de menor intensidad, se produce sobre la primera capa de vidrio, mientras que el segundo, mucho más intenso, se produce sobre el espejo propiamente dicho, que consiste en general en una delgada capa de plata o aluminio. Este es el motivo por el cual en los espejos se ve una imagen doble, aunque sea de forma leve.

¿Está claro hasta aquí? Pues seguimos…

Los espejos retrovisores hacen uso de esta característica y le sacan partido. Para ello, la capa de vidrio no es paralela a la superficie reflectante, sino que forma un determinado ángulo.

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Durante el día llevaremos el espejo colocado de tal forma que nos llegue el reflejo principal.

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Pero de noche, cuando nos deslumbran los faros del vehículo de detrás, le damos a la palanquita (clic) activando el «sistema antideslumbramiento» y pasamos a ver el reflejo secundario, que al tener menos intensidad lo hace todo más oscuro, mientras que el principal va a parar al techo.

A parte de este sistema que es el tradicional, algunos coches más nuevos, para evitar ese molesto deslumbramiento, incorporan otro sistema automático completamente distinto. Son los llamados espejos electrocromáticos o electrocromados. El espejo lleva una fina lámina de óxido metálico (níquel, silicio, wolframio o aluminio) que modifica su reflectancia al aplicarle un determinado voltaje que viene determinado por un pequeño sensor de luz montado en el marco del espejo. Tiene la ventaja de que cuando más voltaje se aplique menos refleja el espejo con lo cual el sistema puede ir variando gradualmente, pero hay que admitir que el sistema tradicional derrocha mucha más gracia e ingenio para cumplir su cometido sirviéndose sólo de las más simples Leyes de la Óptica.

Por cierto, animaros y dejad un comentario, que hasta me he currado las imágenes 😉